El misterioso violador del lejano oriente
Como la mayoría de mis relatos,éste comienza una soleada mañana en Azca,cuando,en un alarde de ser originales,nos encontrábamos Dave y yo entrenando entre sus afilados y poco gratificantes muros.En el momento en el que acontece la hostoria que nos ocupa,nos hallábamos escalando y haciendo numerosos,variados y sobre todo erótico-festivos ejercicios de brazos en un monumento a Picasso con forma de cubo con formas idóneas para curtir nuestros robustos cuerpos bajo el agradable sol matinal,y en eso andábamos inmersos cuando apareció él.Era un hombre de edad imprecisa,pero mayor,que andaba con bolsas de la compra pletóricas de zumos y vinos don Simón en ambas manos y que se paró en seco ante nuestro impropio espectáculo.Nos observó durante largo rato a través de sus rasgos orientales y,tras unos minutos,acabó decidiéndose por dirigirse a nosotros mostrando su increíble y apasionante don de lenguas al decir:
-fuerte,fuerte
nos señalaba con su dedo huesudo cada vez que pronunciaba (malamente,pero aun así pronunciada) aquella palabra tan cargada de sentimiento y pasión.
Sobra decir que,en esas circunstancias,entrenar con camiseta podría llegar a ser considerado pecado por más de un culto religioso o incluso por alguna que otra constitución,por lo que tanto Dave como yo estábamos luciendo lo que el arduo entrenamiento nos había proporcionado:a el fuertes músculos y abdominales que no dudaba en lucir,a mi un par de arañazos y una tripa carente de toda forma de vida muscular.(cada uno a lo suyo U_U).
Al vernos así,no me extrañó que el alegre a la par que misterioso oriental nos dedicara tan elaborada palabra,por lo que me dirigí a él mientras,por instinto de supervivencia y rapidez mental,Dave se subía al cubo para dejarme a solas a merced del desconocido,a quién le dije:
-Si,estamos fuertes,es porque entrenamos mucho con dedicación
Como siempre,craso error.Si veis a un anciano desconocido que porta distinguidas viandas (de la marca don Simón además) y que os mira mientras entrenáis sin camiseta bajo el sol (situación harto frecuente en los días que corren) NO le dirijáis la palabra.Haceos los muertos.Es más rápido.Más seguro.Pero yo no lo sabía.Por eso me sorprendí cuando,tras mis palabras,el hombre replicó:
-No,no!fuerte fuerte!fuerte yo!
Y al mismo momento asía con firmeza mi mano y la posaba sobre su pecho para que comprobara su anatomía.Intenté retirar la mano mientras lanzaba una mirada suplicante a Dave,que me dedicó una sonrisa pícara mientras disfrutaba del espectáculo a una distancia prudencial.Si las miradas mataran,Dave habría caido decapitado inmediatamente de ese cubo.Pero desgraciadamente no matan.Al menos por ahora.
Creí que con ese tocamiento el misterioso oriental se daría por satisfecho,pero nada más lejos de la realidad.Que ingenuo era.Con una mueca desfigurada contemplé cómo comenzaba a deslizar mi mano hacia abajo mientras repetía incesantemente:
-fuerte!fuerte!fuerte!
Las palabras retumbaban en mi cabeza.
En ese momento logré reunir todas mis fuerzas liberando mi mano de la suya mientras gritaba:
-No baje más!No!Quieto!maldita sea,si,fuerte fuerte!
Y el hombre satisfecho y tras lucir sus bíceps,nos dedicó una exhibición de kárate bastante profesional que nos dejó sin aliento.Una vez finalizada esta dijo:
-Kárate,fuerte!
Recogió sus bolsas y se perdió en el horizonte,de manera tan misteriosa como la de su aparición.
Aún no sé si fué un espejismo,un fantasma o un producto demi esquizofrenia temporal,sólo sé que ahora,si se me acerca cualquier desconocido diciendo "fuerte,fuerte" huyo a toda velocidad tratando de subir a algún cubo lo suficientemente alto como para salvarme de la consiguiente escena de sexo explícito.Pero hasta ahora no ha vuelto a suceder.Y puedo afirmar con rotunda seguridad que me encanta que siga sin suceder.
Sólo me pregunto...¿por qué me pasan cosas tan surrealistas?
Hasta pronto!
Como la mayoría de mis relatos,éste comienza una soleada mañana en Azca,cuando,en un alarde de ser originales,nos encontrábamos Dave y yo entrenando entre sus afilados y poco gratificantes muros.En el momento en el que acontece la hostoria que nos ocupa,nos hallábamos escalando y haciendo numerosos,variados y sobre todo erótico-festivos ejercicios de brazos en un monumento a Picasso con forma de cubo con formas idóneas para curtir nuestros robustos cuerpos bajo el agradable sol matinal,y en eso andábamos inmersos cuando apareció él.Era un hombre de edad imprecisa,pero mayor,que andaba con bolsas de la compra pletóricas de zumos y vinos don Simón en ambas manos y que se paró en seco ante nuestro impropio espectáculo.Nos observó durante largo rato a través de sus rasgos orientales y,tras unos minutos,acabó decidiéndose por dirigirse a nosotros mostrando su increíble y apasionante don de lenguas al decir:
-fuerte,fuerte
nos señalaba con su dedo huesudo cada vez que pronunciaba (malamente,pero aun así pronunciada) aquella palabra tan cargada de sentimiento y pasión.
Sobra decir que,en esas circunstancias,entrenar con camiseta podría llegar a ser considerado pecado por más de un culto religioso o incluso por alguna que otra constitución,por lo que tanto Dave como yo estábamos luciendo lo que el arduo entrenamiento nos había proporcionado:a el fuertes músculos y abdominales que no dudaba en lucir,a mi un par de arañazos y una tripa carente de toda forma de vida muscular.(cada uno a lo suyo U_U).
Al vernos así,no me extrañó que el alegre a la par que misterioso oriental nos dedicara tan elaborada palabra,por lo que me dirigí a él mientras,por instinto de supervivencia y rapidez mental,Dave se subía al cubo para dejarme a solas a merced del desconocido,a quién le dije:
-Si,estamos fuertes,es porque entrenamos mucho con dedicación
Como siempre,craso error.Si veis a un anciano desconocido que porta distinguidas viandas (de la marca don Simón además) y que os mira mientras entrenáis sin camiseta bajo el sol (situación harto frecuente en los días que corren) NO le dirijáis la palabra.Haceos los muertos.Es más rápido.Más seguro.Pero yo no lo sabía.Por eso me sorprendí cuando,tras mis palabras,el hombre replicó:
-No,no!fuerte fuerte!fuerte yo!
Y al mismo momento asía con firmeza mi mano y la posaba sobre su pecho para que comprobara su anatomía.Intenté retirar la mano mientras lanzaba una mirada suplicante a Dave,que me dedicó una sonrisa pícara mientras disfrutaba del espectáculo a una distancia prudencial.Si las miradas mataran,Dave habría caido decapitado inmediatamente de ese cubo.Pero desgraciadamente no matan.Al menos por ahora.
Creí que con ese tocamiento el misterioso oriental se daría por satisfecho,pero nada más lejos de la realidad.Que ingenuo era.Con una mueca desfigurada contemplé cómo comenzaba a deslizar mi mano hacia abajo mientras repetía incesantemente:
-fuerte!fuerte!fuerte!
Las palabras retumbaban en mi cabeza.
En ese momento logré reunir todas mis fuerzas liberando mi mano de la suya mientras gritaba:
-No baje más!No!Quieto!maldita sea,si,fuerte fuerte!
Y el hombre satisfecho y tras lucir sus bíceps,nos dedicó una exhibición de kárate bastante profesional que nos dejó sin aliento.Una vez finalizada esta dijo:
-Kárate,fuerte!
Recogió sus bolsas y se perdió en el horizonte,de manera tan misteriosa como la de su aparición.
Aún no sé si fué un espejismo,un fantasma o un producto demi esquizofrenia temporal,sólo sé que ahora,si se me acerca cualquier desconocido diciendo "fuerte,fuerte" huyo a toda velocidad tratando de subir a algún cubo lo suficientemente alto como para salvarme de la consiguiente escena de sexo explícito.Pero hasta ahora no ha vuelto a suceder.Y puedo afirmar con rotunda seguridad que me encanta que siga sin suceder.
Sólo me pregunto...¿por qué me pasan cosas tan surrealistas?
Hasta pronto!
